Selección de la epopeya Algarabía, de Roque Raquel Salas Rivera
Roque Raquel Salas Rivera (él/elle) es un poeta, educador y traductor puertorriqueño de experiencia trans nacido en Mayagüez, Puerto Rico. Sus reconocimientos incluyen el nombramiento como Poeta Laureado de la ciudad de Filadelfia, el Premio Nuevas Voces, el Sundial Literary Translation Award y el inaugural Premio Ambroggio. Cuenta con seis poemarios. Algarabía, su séptimo , será publicado en septiembre de 2025 por Graywolf Press.
Tomando en serio los sueños con Aixa y Carl.
Como cuando los trabajadores exhuman restos,
así también Carl perturbó la complacencia
y su cabeza se volcó en una gran X.
Uso este nombre para fumar,
para que no despidan mi poca seriedad,
dijo el bolsillo parpadeante en el medio
de su cara X, desglosando su trato
con el duende de los siete colmillos.
Mi deleite incrementaba, absorbiendo
sus "tonos exquisitamente profundos",
"armoniosos en su yuxtaposición".
Las inercias empezaron a abundar.
Eran jugo de lumen, puro, espeso.
Eran el cambio de forma, condensado,
la saviasperma de la madera.
Qué sensación tan maravillosa y sin guille.
Carl pasó el fili para otra ronda
y, de la nada, me sentí triste. No tenía hogar,
trabajo, destrezas o queridos y me entrenaron
para ser un arma, pero sin combate.
Desprovisto de dirección, despojado de posibilidad,
esta fue la primera alegría que sentí desde Jacinto,
y me trajo el pesar del tiempo perdido,
del deseo no realizado,
pero las inercias zumbaban aprobadoras,
Carl me pasó el fili y seguimos fuma que fuma.
Era tranquilo y amable, pero un chin y, en fin, estrai.
A su lado, a Titi le importaba un carajo.
Todo lo que ella quería era que el ruido,
calle-
era asentado
en el cielo
de recreo,
mientras el ritmo de la voz de Carl
cosía Volkys de las estrellas.
Conoce a los Obregón. El brillo de las inercias se amortigua con el sol, y por raro que sea el enjambre de luciérn(h)adas, igual de raro es el comportamiento general del poeta.
El apellido de la familia era Obregón.
Cada miembro desarrolló un estimado
independiente de las adquisiciones vitales.
Rocas en un malecón, sus demarcadas figuras
restauraron la seguridad arrebatada por la marea.
El padre trabajaba.
La madre trabajaba el doble.
El niñocleta jugaba y consumía.
Me mostró cada uno de sus juguetes,
cuáles eran para matar, cuáles para estrellar.
Algunos tenían una función más educativa
(un telescopio, circuitos snap, un laboratorio)
para orientar sus estudios hacia la ciencia.
Puedes dormir en el piso. Ponemos una carpa.
Me dio el recorrido. En la cocina, los susurros
de sus progenitores lo decidían todo.
El señor Obregón era el padre.
La señora Obregón, la madre.
El niñocleta, Omar, tenía nueve.
Yo solo había sido apenas niño
y su expresividad y energía despeinada
me mantuvieron hechizado.
Obregón padre subió las escaleras,
a punto de prohibirle a su hijo el nuevo muñeco,
pero me quedaría. Seríamos una familia (por ahora).
Lo que yo deseaba era un respiro, un lugar
donde pudiera dejar de pensar en la próxima
comida o alguna protección contra las picadas.
De eso se trata la familia para muches:
un sitio al cual pueden volver, una base.
Cuando pierden el trabajo, cuando
pasan por el divorcio, ahí: la familia.
¡Qué alivio saber que tenía techo por ahora!
Cenex el no incorporado
No hubo carpa, pese a las protestas reiteradas.
Yo era un extraño.
Podía ser animal o mineral
y su Omar era único, un semidiós.
Siendo el miembro no incorporado,
me tocó dormir en un hangar,
con los materiales de oficina del padre.
Era un espacio neutral durante las disputas
y alguna vez también fue celda solitaria.
Me sometieron a un recorte.
Sin tocar mi género, por miedo a asumir
una postura, y con la precisión de una navaja,
la estilista trazó una línea fina entre
la androtopia y la moda de mayores.
A cambio de mis andrajos, me dieron
la ropa de los años enflaquecidos del señor,
que me quedaba tan sutil como un campanario
en un pueblo de una sola iglesia.
Los Obregón presentaron su encuesta
y, tras mis historias sobre mutaciones y la ternura
del basurero, me ordenaron a jamás repetirlas
para no prestarle nada al contrincante.
Yo era Cenex, un loco inofensivo,
un plato para mentas que usamos de llavero.
* En el poema "Tomando en serio los sueños con Aixa y Carl", "tonos exquisitamente profundos" y "armoniosos en su yuxtaposición" son traducciones de "Acute Intoxication: Literary Reports", un artículo escrito por Carl Sagan bajo el seudónimo "Mr. X" para evitar el estigma social asociado con el consumo de mariguana. Fue publicado por primera vez en Marihuana Reconsidered en el 1991.